Centre d'Interpretació de Barraques

Centro de Interpretación de las Barracas

Este pequeño museo muestra una exposición sobre la vida, el trabajo y la vivienda de los primeros pobladores del Delta. Las barracas son construcciones típicas hechas con los elementos que la naturaleza les ofrecía: cañas, barro y barrón. El Centro de Interpretación de las Barracas está dentro del núcleo de Sant Jaume. Podréis ver maquetas de antiguas barracas, fotografías, saber cómo se hacían y qué tipo de usos tenían y acercarse a un sistema de vida totalmente adaptado al entorno.

En el Centro de Interpretación de Sant Jaume encontrará una barraca construida de la manera tradicional donde podrá revivir la historia y conocer de primera mano cómo eran las barracas, los muebles, los utensilios y las costumbres.

Los valores del Delta

El CI de las Barracas del Delta es una iniciativa del Ayuntamiento de Sant Jaume d’Enveja, con la colaboración del Museo de las Terres de l’Ebre, del que es una sección monográfica, y del Parque Natural del Delta del Ebro. El principal objetivo es valorar, conservar y difundir el patrimonio histórico y etnológico de San Jaume (y por extensión del Delta y de las Terres de l’Ebre), dando un nueva perspectiva a los aspectos identitarios de la población relacionados con la colonización humana del Delta del Ebro.

Centro de Interpretación de las Barracas

Calle Carles I, 22

Sant Jaume d’Enveja

Visitas concertadas

Más información, tel. 977 468 165

C. I. de Barraques

Un poco de historia

Las barracas eran construcciones sencillas, resistentes y funcionales, que guardaban un gran equilibrio ambiental y paisajístico con el entorno natural del Delta porque era donde se conseguían las materias básicas para construirlas: caña, barro, madera y barrón. Están documentadas desde la edad media y tuvieron su máxima expansión entre finales del siglo XIX y los inicios del XX, coincidiendo con la extensión del cultivo del arroz. En los años 1960, las mejores condiciones de vida de la gente, los nuevos medios de transporte (coche, furgoneta y motocicleta, sustituyeron piernas, carro y bicicleta) y los nuevos materiales de construcción propiciaron su abandono.

Durante la década de 1980 del siglo pasado las barracas tradicionales se convirtieron en uno de los símbolos del Delta y en los años 1990 se recuperaron para nuevos usos: centro de información, sala de exposición, segunda residencia, restaurante o alojamiento rural. David Monllau, maestro “barraquer”, que había pasado su infancia y juventud viviendo en una de estas casas, fue quien impulsó su recuperación.

Actualmente hay más de un centenar esparcidas por el delta, todas construidas en los últimos treinta años.